La Quema de Judas es una antigua tradición en Cartagena que marcaba el final no oficial, pero sí simbólico, de la Semana Santa. Se basa en la quema de una figura de Judas, en clara referencia a la época inquisitorial y las tradiciones de los desfiles pasionales. Durante siglos, en tiempos de la inquisición, era común «ejecutar» a un muñeco en reemplazo de un condenado que escapaba del castigo. Esta práctica era utilizada para mantener la tensión y dar un ejemplo a la comunidad.
La representación de la quema de Judas simboliza el castigo a quien cometió un pecado mortal al entregar y traicionar a Jesucristo. A lo largo de los años, esta tradición ha evolucionado en Cartagena. En el siglo XIX, se quemaban muñecos de trapo rellenos de explosivos en el Domingo de Resurrección. En 1950, la tradición se transformó en un desfile donde se representaban los 7 pecados capitales con figuras grotescas y alegóricas.
A lo largo de los años, la Quema de Judas ha tenido momentos de desaparición y resurgimiento en la ciudad. A pesar de los cambios en su formato, esta tradición centenaria sigue siendo un símbolo de la cultura cartagenera y de la Semana Santa en la región.
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